Artículo Volumen 12, n.º 1, 2024

Percepción de estudiantes de Enfermería sobre las políticas públicas en salud mental de Chile

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Paula Méndez-Celis

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RESUMEN

A pesar de la implementación de políticas como el Plan Nacional de Salud Mental de 2017, actualmente persisten desafíos significativos, tales como la escasez de recursos y la estigmatización de los trastornos mentales, acentuados por los efectos negativos de la pandemia de Covid-19. Este estudio tiene como objetivo evaluar la percepción de los estudiantes de Enfermería en Chile respecto de las políticas públicas en salud mental. Se trata de una investigación cuantitativa, correlacional observacional, que abarca una muestra de 52 estudiantes de Enfermería de dos instituciones de educación superior privadas.
Resultados: un 53,8% de los encuestados considera que las políticas públicas tienen un impacto positivo; sin embargo, expresan desconfianza respecto de su efectividad. Un tercio de los estudiantes manifiesta desconocer las prestaciones disponibles, y el mismo porcentaje indica que estas no son accesibles para la población. Más de la mitad opina que no hay suficientes profesionales capacitados en el área, y un 73% considera que la calidad de atención en los servicios públicos es insuficiente.
Conclusión: a pesar de haber cursado la asignatura de Salud Mental, los estudiantes evidencian una falta de claridad y consistencia en relación con las políticas públicas en esta área. Además, perciben una insuficiencia en la adecuación de las políticas a las necesidades comunitarias y una escasa reducción del estigma asociado con la salud mental. La recopilación de esta información es fundamental para identificar áreas de mejora en la formación académica de los futuros profesionales de enfermería.

ABSTRACT

Despite the implementation of policies such as the 2017 National Mental Health Plan, significant challenges currently persist, such as resource scarcity and the stigmatization of mental disorders, accentuated by the negative effects of the Covid-19 pandemic. This study aims to evaluate the perception of nursing students in Chile regarding public policies on mental health. This is a quantitative correlational, observational research that covers a sample of fifty-two nursing students from two private higher education institutions.
Results: 53.8% of those surveyed consider that public policies have a positive impact; However, they express distrust regarding their effectiveness. A third of students say they are unaware of the benefits available, and the same percentage indicates that these are not accessible to the population. More than half believe that there are not enough trained professionals in the area, and 73% consider that the quality of care in public services is insufficient.
Conclusion: Despite having taken the Mental Health subject, the students show a lack of clarity and consistency in relation to public policies in this area. Furthermore, they perceive an insufficiency in the adaptation of policies to community needs and a poor reduction in the stigma associated with mental health. The collection of this information is essential to identify areas of improvement in the academic training of future nursing professionals.

INTRODUCCIÓN

La pandemia de Covid-19 ha puesto de manifiesto la crucial necesidad de abordar la salud mental a través de políticas públicas efectivas, especialmente en el contexto chileno. Los efectos negativos provocados por la incertidumbre en torno a la enfermedad y las restricciones sociales impuestas durante la cuarentena, como el distanciamiento y el aislamiento, han tenido un impacto significativo en el bienestar emocional de la población (Hernández Rodríguez, 2020). Este fenómeno ha revelado no solo la vulnerabilidad de ciertos grupos, sino también las deficiencias en los sistemas de atención y prevención existentes.

Entre los sectores más afectados se encuentran los jóvenes, quienes enfrentaron limitaciones severas en sus interacciones sociales. Aunque no eran considerados un grupo vulnerable en términos de salud física, se convirtieron en los principales vectores de contagio, lo que llevó a restricciones que limitaron su capacidad para reunirse (Rodríguez Garcés et al., 2023). Un estudio realizado por Unicef destaca que el 27% de los jóvenes reportó síntomas de ansiedad y un 15% manifestó síntomas de depresión durante este periodo crítico (Unicef, 2020). Además, investigaciones como la de Chacón et al. (2020) sugieren que estas condiciones pueden predisponer a los jóvenes a desarrollar comportamientos adictivos, lo que intensifica las preocupaciones sobre su bienestar personal, familiar y educativo (Rodríguez Garcés et al., 2023).

El impacto en la salud mental no se limita a la juventud; estudios realizados con estudiantes universitarios han revelado una prevalencia alarmante de sintomatología ansiosa, alcanzando un 24,4%, con un 0.9% experimentando síntomas severos (Cao et al., 2020). En Chile, un estudio de 2020 evidenció un aumento significativo en la sintomatología depresiva, con puntuaciones medias que alcanzaron 24.1 para hombres y 29.7 para mujeres (Carvacho et al., 2021). Esta tendencia refleja una crisis generalizada que requiere atención urgente.

La Organización Mundial de la Salud ha reconocido la salud mental como un eje fundamental para garantizar el bienestar general de las poblaciones. En este sentido, instó a todos sus estados miembros a comprometerse con el Plan de Acción Integral sobre Salud Mental 2013-2030, cuyo objetivo es mejorar la atención mediante enfoques integrados adaptados a las necesidades comunitarias (Organización Mundial de la Salud, 2022a). Sin embargo, el Atlas de Salud Mental 2020 reveló que los resultados de este plan aún están lejos de cumplirse, con avances insuficientes (Organización Mundial de la Salud, 2022b; Organización Panamericana de la Salud, 2023).

En respuesta a esta crisis, Chile ha implementado diversas políticas y programas destinados a mejorar la atención y promover el bienestar mental. La creación del Plan Nacional de Salud Mental en 2017 representa uno de los pilares fundamentales que guían las estrategias actuales en este ámbito (Gatica-Saavedra et al., 2020). No obstante, su implementación enfrenta serias limitaciones debido a dificultades estructurales como la escasez de recursos humanos capacitados y una infraestructura insuficiente. Estos problemas están intrínsecamente ligados a una falta de presupuesto que sustente adecuadamente el modelo propuesto, perpetuando así la estigmatización asociada a los trastornos mentales dentro del sistema de salud en comparación con las dolencias físicas (Errázuriz et al., 2015).

La situación actual exige un enfoque renovado y más efectivo para abordar estos desafíos persistentes en salud mental. Por todo lo anteriormente descrito, resulta fundamental reconocer cómo perciben estas políticas públicas en salud mental los estudiantes de las carreras de la salud como Enfermería; ya que no solo son los futuros profesionales a cargo de la atención de una población afectada en su salud mental, sino que además usuarios potenciales del mismo sistema, y de esta forma identificar aquellas áreas de mejora que permitan adecuar los planes de estudio. Este estudio se propone explorar la percepción de las políticas públicas en salud mental entre estudiantes de Enfermería en Chile.

1. METODOLOGÍA

Este estudio se enmarca en un enfoque cuantitativo, correlacional observacional, diseñado para explorar la percepción de las políticas públicas en salud mental entre estudiantes de Enfermería (Sanhueza y Silva, 2021). La población objetivo son estudiantes de Enfermería que hayan cursado la asignatura de Salud Mental como parte de su formación profesional y que optan por participar voluntariamente en el estudio, firmando un consentimiento informado digital.

1.1. Selección de la muestra

La muestra está compuesta por un total de 52 estudiantes, seleccionados mediante un muestreo por conveniencia en dos universidades privadas de Santiago de Chile. Este método permite acceder a un grupo representativo dentro del contexto educativo, facilitando la recolección de datos en un entorno accesible (Cortés et al., 2023a). Los criterios de inclusión son: estudiantes de la carrera de Enfermería de las universidades incluidas, que completaran exitosamente la asignatura de Salud Mental y que voluntariamente decidieran colaborar con el estudio, asegurando así que poseen una base teórica sobre la temática en cuestión.

1.2. Variables del estudio

Las variables incluidas en este estudio se dividen en dos categorías principales:

– Variables demográficas:
• Edad: se registra la edad de los participantes para analizar su posible influencia en la percepción de las políticas públicas.
• Género: se considera el género como una variable relevante que podría afectar las opiniones y percepciones sobre salud mental.

– Variables asociadas con la percepción de las políticas públicas en Salud Mental:
• Estas variables son evaluadas a través del Instrumento de Percepción de las Políticas Públicas en Salud Mental, diseñado específicamente para captar las opiniones y actitudes de los estudiantes hacia las políticas existentes.

1.3. Recolección y análisis de datos

La recolección de datos se lleva a cabo utilizando una encuesta estructurada que permite obtener información cuantitativa sobre las percepciones de los participantes. Una vez recopilados, los datos son analizados utilizando el software estadístico SPSS (Statistical Package for the Social Sciences). El análisis se realiza en dos etapas (Cortés et al., 2023b):

1. Etapa descriptiva exploratoria: donde se generan tablas de frecuencia y se calculan medidas de tendencia central (media, mediana y moda) para ofrecer una visión general sobre las características demográficas y las percepciones recogidas.
2. Etapa correlacional: en la cual se aplica el Coeficiente de Correlación Spearmann para evaluar la relación entre las variables demográficas y las percepciones sobre políticas públicas en salud mental. Este análisis permite determinar si existe una correlación significativa entre estas variables, proporcionando información valiosa sobre cómo diferentes factores pueden influir en la percepción de los estudiantes.

1.4. Consideraciones éticas

Es fundamental mencionar que el estudio ha sido diseñado respetando principios éticos rigurosos. Se garantiza la confidencialidad y anonimato de los participantes, así como su derecho a retirarse del estudio en cualquier momento sin ninguna repercusión negativa. La participación es completamente voluntaria y se asegura que todos los participantes comprendan el propósito del estudio antes de dar su consentimiento. Está metodología integral no solo busca obtener datos precisos sobre la percepción de las políticas públicas en salud mental, sino también contribuir al entendimiento más amplio de la percepción de las políticas tienen en la formación profesional de futuros enfermeros y enfermeras en Chile.

2. RESULTADOS

La muestra está compuesta por un total de 52 estudiantes de la carrera de Enfermería, pertenecientes a dos instituciones de educación superior privada, de estos, el 15,4% son de género masculino (n=8) y 84,6% femenino (n=44), como es posible ver en la gráfica 1 (Anexos). Además, la edad promedio es de 23,6 años (DS:2.76), la cual varía levemente según género; 23,8 en género masculino (DS:2,57) y 23,7 en femenino (DS:2,76) (ver Anexos, Gráfica 2).

Además, la edad promedio es de 23,6 años (DS:2.76), la cual varía levemente según género; 23,8 en
género masculino (DS:2,57) y 23,7 en femenino (DS:2,76) (ver Anexos, Gráfica 2).

Como se puede observar en la Tabla 1 y representado en la Gráfica 3, un tercio de los estudiantes encuestados manifiestan estar de acuerdo o muy de acuerdo en que conocen las Políticas Públicas en Salud Mental (PPSM) de Chile. Además, un 53,8% de los participantes considera que estas políticas tienen un impacto positivo en el ámbito de la salud mental.

Sin embargo, es importante destacar que un 57,7% de los encuestados opina que las PPSM se centran predominantemente en el tratamiento y rehabilitación, mientras que un 63,5% sostiene que también se enfocan en la promoción y prevención.

Por otro lado, un tercio de la muestra expresa desacuerdo o un fuerte desacuerdo respecto de su conocimiento sobre las prestaciones asociadas a la salud mental, lo que refleja una falta de información crítica. Este mismo porcentaje indica que perciben estas prestaciones como inaccesibles para la población en general. Este hallazgo sugiere que, a pesar de la existencia de políticas, hay una desconexión entre las intenciones de estas y la realidad que enfrentan los ciudadanos.

Además, más de un tercio de los estudiantes indica estar en desacuerdo con la afirmación de que las PPSM abordan adecuadamente las necesidades de la comunidad. Una proporción similar también señala que estas políticas no han logrado reducir el estigma asociado con los pacientes con trastornos mentales, lo que es preocupante dado el impacto negativo del estigma en el acceso a servicios y en la calidad de vida de estos individuos.

En cuanto a la disponibilidad de recursos humanos capacitados, más de la mitad de la muestra (73%) está en desacuerdo o muy en desacuerdo con la afirmación de que existen suficientes profesionales capacitados en el área de salud mental. Esto se agrava al considerar que casi un 40% indica que los servicios disponibles no responden adecuadamente a las necesidades específicas de los grupos vulnerables. Esta situación resalta una grave deficiencia en el sistema actual, donde no solo se requiere una mayor inversión en formación y capacitación profesional, sino también una revisión crítica y profunda del enfoque adoptado por las políticas públicas para garantizar su efectividad y accesibilidad.

En resumen, aunque existe una percepción positiva sobre las PPSM entre los estudiantes de Enfermería,
también hay importantes áreas de preocupación que deben ser abordadas. La falta de conocimiento
sobre las prestaciones disponibles, el acceso limitado a servicios adecuados y la insuficiencia de
profesionales capacitados, son aspectos críticos que requieren atención inmediata para mejorar el
bienestar mental de la población chilena.

Por último, en la Tabla 2 (Anexos), presenta el nivel de correlación entre las variables demográficas y las variables incluidas en el instrumento, de esto destaca que solo la variable edad presenta correlaciones que son estadísticamente significativas; estas son la pregunta 5 con una correlación positiva estadísticamente significativa y las preguntas 10, 11 y 12 con una correlación negativa estadísticamente significativa.

Fuente: elaboración propia.

 

3. DISCUSIÓN

El presente estudio muestra las perspectivas de los estudiantes de Enfermería que ya han cursado por la asignatura de Salud Mental respecto de las políticas públicas de Chile respecto del área.

Al analizar la muestra desde las variables sociodemográficas, la muestra está compuesta mayoritariamente por mujeres, con un 84.6% de la totalidad de los encuestados, lo cual es representativo al escenario nacional, donde se ha perpetuado el ingreso de mujeres a las carreras de salud, particularmente Enfermería, en donde la matricula femenina fue del 81,44%, versus el 18,56% de los hombres matriculados para la carrera (Salas Opazo et al., 2022). Del mismo modo es posible evidenciar que la edad promedio 23,59 años (DS:2,76), es la edad promedio que se mantiene independiente del género del estudiante.

En cuanto al análisis asociado con la aplicación del instrumento, es posible evidenciar que, aunque la mayoría de los participantes reconoce el impacto positivo de las políticas públicas, hay diferencias claras respecto del conocimiento y acceso a las prestaciones, del mismo modo también existe una falta de conocimiento respecto de los recursos disponibles, que podría indicar debilidades en la difusión y educación de estos estudiantes sobre las políticas públicas en salud mental. Sin embargo, de acuerdo con este estudio, este conocimiento aumentaría a mayor edad del estudiante, lo que es posible de visualizar en la Tabla 2 (Anexos), donde existe una correlación estadísticamente significativa entre la edad y nivel de conocimiento de las prestaciones (0,325/p-valor:0,019), que podría explicarse por características personales asociadas a interés por temáticas de salud pública, política y sociedad.

A su vez, no hay claridad si las políticas públicas apuntan a la atención abierta (promoción y prevención) o la cerrada (tratamiento y rehabilitación), a pesar de que el Plan Nacional de Salud Mental apunta al aumento y concentración de las prestaciones en Comunidad (Lampert, 2024), situación que podría estar influenciada por una percepción generalizada de desconexión entre las estrategias utilizadas por el plan y las necesidades de la comunidad. Situación que es tratada en estudios post pandemia en donde sugieren la escasa adaptación de las políticas públicas en salud mental frente a las realidades locales, principalmente después del impacto del Covid (Alvarado et al., 2021).

Uno de los aspectos más críticos que se evidenciaron en este estudio, es la percepción negativa de los estudiantes de Enfermería respecto de la escasez del recurso humano capacitado y de calidad dentro del sistema público de atención, situación que se evidencia particularmente en las preguntas 10 y 11 del instrumento, en donde además hay una moderada correlación negativa que es estadísticamente significativa (Personal capacitado: -0,33 /p-valor:0,016 y Servicio público de calidad: -0,503/p-valor:<,001) con la variable edad; lo que indica que los estudiantes que tienen más edad, perciben mayor escasez de personal capacitado, así como peor calidad en la atención; lo que podría estar dado por conocer mejor la realidad local y por tanto, genera una preocupación del estudiante frente a las limitaciones estructurales que se evidencian en los sistemas sanitarios en Chile; como la dificultad en la implementación, descentralización de los recursos, integración de redes, presupuesto limitado, escaso y poco estable, falta de profesionales capacitados y énfasis en el tratamiento (González, s. f.).

Otro punto crítico es la persistente estigmatización de las personas con trastornos mentales, lo que se traduce en un obstáculo para mejorar los servicios en salud mental. En el estudio, más de un tercio de los participantes (34,6%) se encontraba en desacuerdo con que las PPSM han reducido el estigma, lo que pone a las personas con enfermedades mentales en una situación de discriminación que potencialmente podría explicar la naturalización del trato deshumanizado en esta población (González, s. f.).

Por último, este estudio muestra una demanda por parte de los estudiantes de Enfermería en potenciar el enfoque inclusivo y holístico de las políticas públicas en salud mental, que no solo subvencione la falta de recursos existente, sino que responda a las necesidades de las poblaciones vulnerables, disminuyendo la discriminación existente.

CONCLUSIONES

Este estudio revela que los estudiantes de Enfermería de la muestra identifican aristas positivas de implementación de políticas públicas relacionadas con la salud mental, así como también, áreas críticas de mejora. El acceso a las prestaciones de salud mental es un tema recurrente; muchos estudiantes sienten que las barreras económicas y logísticas limitan su capacidad para recibir atención adecuada. Además, la capacitación insuficiente de los profesionales en este ámbito es un punto de alarma, ya que afecta directamente la calidad de la atención que reciben los pacientes.

Asimismo, el estudio pone de manifiesto la necesidad de aumentar la difusión sobre las orientaciones y objetivos de las políticas públicas en salud mental, tal como se establece en el Plan Nacional. Este plan promueve un enfoque centrado en la comunidad, enfatizando estrategias de promoción y prevención que deben ser implementadas dentro de los territorios locales. La falta de información y claridad sobre estas políticas puede obstaculizar su efectividad y aceptación entre los futuros profesionales.

Por lo tanto, es imperativo que las instituciones educativas que forman a los futuros profesionales de la salud fortalezcan su currículo en salud mental. Esto implica no solo una educación teórica robusta, sino también la integración transversal de competencias prácticas que preparen a los estudiantes para enfrentar los desafíos actuales del sistema de salud chileno, especialmente en el ámbito de la salud mental.

Además, es crucial implementar estrategias que busquen reducir el estigma asociado con los trastornos mentales. La eliminación del estigma no solo facilitará un acceso más equitativo a la atención, sino que también fomentará un enfoque más holístico y accesible en el cuidado de la salud mental. Esto permitirá que tanto los profesionales como los pacientes se sientan más cómodos al abordar estos temas, promoviendo un entorno donde se priorice el bienestar emocional y psicológico de todos los individuos involucrados.

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