Artículo Volumen 9, n.º 1, 2021

¿Mi definición de democracia impacta en mi apoyo a la democracia?

Autor(es)

Felipe Barrueto Ávalos, Gonzalo Espinoza Bianchini, Patricio Navia

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RESUMEN

Analizamos el efecto de la definición de democracia que manejan las personas en el apoyo efectivo a las democracias. Usando la encuesta Lapop en América Latina de 2006 (23.190 casos, 16 países), identificamos las tipologías de democracia más prevalentes y estimamos modelos probit y MCO para medir su impacto sobre el apoyo a la democracia en 4 dimensiones: compromiso con valores democráticos, desempeño del régimen, apoyo a las instituciones, respaldo y confianza en las autoridades. Reportamos que personas con definiciones minimalistas de democracia la apoyan más en las cuatro dimensiones, especialmente en cuanto a valores democráticos. En cambio, tipologías con definiciones más ambiciosas no presentan diferencias significativas en las cuatro dimensiones, aunque los que la definen desde concepciones maximalistas en general la apoyan menos que el resto. La definición de democracia que tienen las personas impacta en su apoyo al régimen democrático.

ABSTRACT

We analyze the effect of people’s definition of democracy on their support for democracy. Using the Latin American Public Opinion Project (LAPOP) 2006 poll, we identify the most prevalent typologies of democracy and estimate using probit and OLS models their impact on support for democracy in four dimensions: commitment to democratic values, performance of the regime, support for institutions, and support and trust in political authorities. Those who define democracy with a minimalist typology support it more in the 4 dimensions, especially in commitment to democratic values. Those who define democracy using more ambitious typologies do not show significant differences in the four dimensions, though in general those with a maximalist definition support democracy less than the other typologies. The definition of democracy that people have impact their support for democracy.

 

1. CÓMO MI DEFINICIÓN DE DEMOCRACIA IMPACTA MI APOYO A LA DEMOCRACIA EN LA QUE VIVO. EVIDENCIA DE AMÉRICA LATINA

 El apoyo a la democracia que las personas afirman tener en las encuestas depende del contexto en que viven, pero también de las expectativas –o incluso exigencias– que tiene la persona sobre lo que debiera ser un régimen democrático. Generalmente, la mayoría de los estudios sobre los determinantes del apoyo a la democracia en América Latina se centran en variables sociodemográficas, políticas y económicas, aunque algunas excepciones han explicado el apoyo a la democracia a partir de las concepciones de democracia que tienen las personas. Contribuimos al debate sobre qué explica el apoyo a la democracia evaluando el apoyo al régimen a partir de 4 tipologías que agrupan distintas conceptualizaciones de democracia: minimalista, procedimental, resultadista y maximalista. Buscamos explicar el efecto que tiene la definición de democracia de las personas en el apoyo que esas personas señalan tener hacia la democracia. Personas que se encuentran en países con democracias consolidadas podrían presentar un apoyo similar a su régimen democrático que personas en países con democracias débiles si los primeros tienen definiciones más exigentes de lo que debiese ser la democracia que los segundos. Si dos personas deben evaluar el mismo automóvil de regular calidad y una persona tiene altas exigencias sobre el tipo de automóvil que ella debiera tener, va a evaluar ese automóvil de mala manera, mientras que otra persona que tiene pocas exigencias sobre el tipo de automóvil favorito lo evaluará de mucha mejor manera. El mismo automóvil va a recibir evaluaciones muy diferentes dependiendo de las expectativas de las personas. De igual forma, la valoración y apoyo a la democracia que tienen las personas dependerá de sus expectativas sobre lo que debiera ser la democracia.

Utilizamos datos de la encuesta del Latin American Public Opinion Project (Lapop) 2006, que incluyó una pregunta sobre qué entendía la gente por democracia. Con esos datos, agrupamos a las personas en las 4 tipologías de democracia. Luego, identificamos diferentes preguntas utilizadas en la mencionada encuesta para evaluar el apoyo a la democracia, creando cuatro dimensiones a partir de la teoría: Compromiso con valores democráticos, Evaluación del desempeño del régimen democrático, Apoyo a las instituciones del régimen y Respaldo y/o confianza en las autoridades políticas. Usando modelos estadísticos de mínimos cuadrados ordinarios (MCO) y probit, reportamos que las personas con una concepción de democracia minimalista tienden a apoyar más a sus democracias en las cuatro dimensiones. En cambio, personas con definiciones de democracia que corresponden a tipologías más ambiciosas (procedimental, resultadista y maximalista) no presentan diferencias sistemáticas entre sí en las cuatro dimensiones, aunque los que la definen en concepciones maximalistas en general la apoyan menos que el resto. Luego, concluimos discutiendo las implicaciones que tiene para la democracia que mientras más esperan las personas de la democracia –en tanto sus definiciones de democracia son más ambiciosas–, más bajo es el apoyo que parecen dar a la democracia en estas cuatro dimensiones.

 

2. TIPOLOGÍAS DE DEMOCRACIA

Tras la definición de democracia hay un debate inconcluso, dado que se asocia a diferentes condiciones necesarias y suficientes. Algunos apuestan por mantener atributos acotados para evitar un estiramiento conceptual (Sartori, 1970), otros prefieren aumentar las exigencias, agregando más condiciones necesarias para definirla. A partir de este debate, se han propuesto distintas tipologías para categorizar las diferentes conceptualizaciones de democracia (Collier y Mahon, 1993; Bobbio, 1994; Collier y Levitsky, 1997; Held, 1997). El debate a menudo se ordena desde mecanismos institucionales, pasando por las consecuencias de estos arreglos hasta las expectativas que estos generan. Las tipologías de democracia generalmente son aditivas y determinan límites entre ellas. Aquí, seguimos a Barrueto y Navia (2013), que desde una discusión sobre la evolución histórica del concepto, agrupan las distintas concepciones en cuatro tipologías: minimalista, procedimental, resultadista y maximalista. Estas tipologías están relacionadas entre sí. Los atributos minimalistas son integrados por la tipología procedimental. A su vez, ambas son la base para las definiciones resultadistas y maximalistas, las que tienen considerables diferencias entre sí.

La tipología minimalista de democracia es el núcleo central para definir el régimen. Desde esta perspectiva, se sostiene que la democracia es un medio para escoger representantes, considerando principalmente las elecciones competitivas y la alternancia en el poder como atributos necesarios y suficientes (Schumpetter, 1947; Przeworski, 1985, 1995). Según los minimalistas, las elecciones evitan la llegada de un gobierno mediante un proceso violento y crean incentivos en la élite política para representar a la ciudadanía por un periodo determinado (Popper, 1962). Uno de los principios de la tipología minimalista es evitar la saturación del concepto, por lo que se estima innecesario agregar otros atributos. Przeworski (1997, 1998) defiende la concepción minimalista, argumentando que las democracias no garantizan beneficios a la ciudadanía ni aseguran determinados resultados. De hecho, para los minimalistas, así como las elecciones competitivas pueden producir beneficios, también pueden producir efectos negativos.

La tipología procedimental adhiere a los atributos minimalistas, pero también incorpora procedimientos que resguardan los derechos civiles. Si en la tipología minimalista las elecciones solo son un medio para delegar las decisiones que debe tomar la sociedad civil, en la procedimental, la competencia electoral debe entregar alternativas para que los ciudadanos escojan libremente. Los procedimentales sostienen que las instituciones deben salvaguardar las elecciones libres y competitivas, el derecho a votar, el derecho a competir por apoyo electoral, el derecho a ser elegido para un cargo público, la libertad de asociación, la libertad de expresión y la libertad de acceder a diferentes fuentes de información (Dahl, 1971; Morlino, 1988; Sartori, 1994; Bobbio, 1994; Uriarte, 2002; O’Donnell, 2007; Schmitter y Karl, 2008). Los procedimentales argumentan que las elecciones libres y competitivas son el fin de la democracia y las instituciones son el medio para garantizarlas.

En tanto, las tipologías resultadista y maximalista parten de los atributos minimalistas y procedimentales, pero profundizan diferentes ámbitos. Ambas destacan que la democracia debe garantizar elecciones competitivas y derechos civiles mínimos (Beitz, 1989), pero llegan más allá, agregando otros atributos. La tipología resultadista sostiene que la democracia debe conllevar políticas públicas que promuevan el bienestar social. Su definición debe contemplar un contexto material mínimo para legitimarse ante la ciudadanía (Boix, 2003). Desde visiones egotrópicas y sociotrópicas, los resultadistas sostienen que, si la democracia no garantiza buenos resultados, el régimen colapsará por las demandas incumplidas. Así, la democracia está asociada a la redistribución de los recursos, al éxito económico, a la capacidad de enfrentar tiempos de crisis y al accountability horizontal, entre otros indicadores medibles. Esto, ya que, para los resultadistas, la democracia es garante de eficiencia y beneficios, las elecciones competitivas, las instituciones que resguardan mínimos derechos civiles para escoger libremente, y la satisfacción por demandas materialistas son inherentes a esta tipología.

A su vez, los maximalistas subrayan mecanismos institucionales que favorecen las relaciones sociales. Si bien los maximalistas rescatan los mecanismos de las tipologías minimalista y procedimental, agregan atributos para optimizar la convivencia entre ciudadanos de diferentes características y maximizar los derechos civiles. Se profundizan diferentes atributos, estableciendo un fin inalcanzable y mejorable en el tiempo. Según los maximalistas, en el régimen democrático debe primar la soberanía popular y la integración de las minorías a las instituciones que tienen poder de decisión y multiculturalidad en las instituciones (Young, 1989; Taylor, 1993; Kymlicka y Norman, 1997). Un ejemplo de esta tipología es la democracia ciudadana, definida por el PNUD (2004), que considera la transparencia de las instituciones, su imparcialidad, el reconocimiento de una oposición, la implementación de políticas públicas que integren a las minorías y garantías de justicia.

Estas cuatro tipologías capturan la gran mayoría de los atributos y características que usualmente se asocian con las democracias. Como queda en evidencia, la concepción minimalista está presente en las otras concepciones. A su vez, la tipología procedimental también se encuentra presente en las concepciones resultadistas y maximalistas. Pero estas últimas desarrollan distintos énfasis.

 

3. CONSTRUYENDO LAS TIPOLOGÍAS DE DEMOCRACIA EN AMÉRICA LATINA A PARTIR DE ENCUESTAS

Usando la encuesta Lapop 2006, Barrueto y Navia (2013) asociaron los atributos de democracia a sus respectivas tipologías, basándose en la teoría que intenta definir el régimen democrático. En 16 países de América Latina (Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela) la encuesta Lapop de 2006 incluyó la pregunta: ¿qué entiende usted por democracia? (lamentablemente, en años posteriores, la encuesta Lapop no ha vuelto a incluir esa pregunta). La encuesta sugería una lista de alternativas que las personas podría escoger para definirla. Usando estos datos, Canache (2012) evidenció que la concepción de democracia en términos de libertad fue la más predominante en America Latina y con mayor apoyo al régimen. A su vez, Barrueto y Navia (2013) asociaron las respuestas a esa pregunta abierta con cuatro tipologías: minimalista, procedimental, resultadista y maximalista.

La tipología minimalista define la democracia en términos electorales y la posibilidad de alternancia en el poder. Entre las alternativas que entrega Lapop 2006 se encuentran: elecciones, voto y el derecho a escoger líderes. También se agregan atributos que están en contraposición con el derecho a sufragar, como un gobierno no militar y evitar los conflictos sociales con sus respectivas disyunciones. Por último, se asocia una connotación negativa del sufragio, elecciones fraudulentas. La tipología procedimental está asociada con derechos civiles que garantizan la competencia y la participación. En consecuencia, se asocia la alternativa sofisticada del sufragio elecciones libres, la participación (participación, participación de las minorías y limitaciones de participación) y derechos civiles (libertad de asociación, libertad de expresión y libertad de información).

 

La tipología resultadista considera la democracia como un medio para obtener beneficios, por lo que está asociada a variables sociotrópicas y egotrópicas. Esta última se refiere a variables económicas individuales como: más oportunidades de trabajo y su disyunción falta de trabajo.  En cambio, las variables sociotrópicas se refieren a resultados a nivel nacional, como bienestar, progreso económico, crecimiento; falta de bienestar y de progreso económico e igualdad económica de clases. La tipología maximalista considera valores posmateriales. Generalmente, esta perspectiva expande –aún más– los derechos políticos y sociales de la ciudadanía. En primer lugar, se encuentran categorías que reflejan particularidad y derechos civiles expandidos, como ser independiente. Posteriormente, se presenta la igualdad de las personas en las siguientes categorías: igualdad, igualdad de género, igualdad frente a la ley, soberanía popular e igualdad de raza. También se encuentran categorías relacionadas con los derechos humanos, por ejemplo: Respeto a los derechos humanos. Por último, se exponen alternativas que aluden a la justicia, tales como: justicia, falta de justicia y obedecer la ley.

Una forma de entender las tipologías es a partir de la intensidad asociada al concepto de democracia y de los atributos adicionales que la gente asigna a sus concepciones de democracia. Como cuando se le pregunta a un comensal sobre qué tan cargado quiere el café y si quiere crema, leche, azúcar o algún otro acompañamiento, podemos entender las distintas tipologías de democracia a partir de la intensidad del concepto y de atributos asociados con cada una. Si bien las tipologías minimalista y procedimental se pueden entender sobre el mismo eje de intensidad, las tipologías resultadistas y maximalistas involucran atributos diferentes que toman el concepto en distintas direcciones y abarcan temas que no son necesariamente complementarios entre sí, ni sustitutivos.

 

4. TIPOLOGÍAS DE DEMOCRACIA COMO VARIABLE INDEPENDIENTE

Ya que buscamos evaluar el efecto de la tipología de democracia que tienen las personas sobre su evaluación y apoyo a los regímenes democráticos de sus países, tratamos las tipologías de democracia como variable independiente que explica el apoyo a la democracia que declaran las personas. La Tabla 1 muestra la prevalencia de las cuatro tipologías en los 16 países de América Latina en la encuesta Lapop 2006. La procedimental es la más recurrente, con un 51,1% de los casos. Aunque las otras tipologías tienen menos presencia, uno de cada tres latinoamericanos entiende la democracia desde las tipologías restantes. Si bien un porcentaje menor de latinoamericanos entiende a la democracia desde la tipología resultadista (5,8 por ciento), la tipología maximalista es la segunda más predominante en la región (14,4 por ciento).

Tabla 1. Tipologías de democracia prevalentes en América Latina, 2006

Fuente: autores con datos de Lapop 2006 y Barrueto y Navia (2013), para 16 países de América Latina.

La Tabla 2 muestra la predominancia de las tipologías según características sociodemográficas en los 16 países de América Latina en 2006. No hay diferencias entre hombres y mujeres. A medida que aumenta la edad, aumentan los que definen democracia con atributos procedimentales. A su vez, aquellos que entienden la democracia desde la tipología resultadista tienen una educación inferior a los que la entienden en cualquiera de las otras tipologías. No hay diferencias estadísticamente significativas en la ubicación ideológica de las personas que definen democracia en distintas tipologías.

 Tabla 2. Predominancia de las tipologías de democracia por características sociodemográficas, América Latina, 2006

* Solo usamos los valores válidos para cuatro tipologías. La suma de las 4 tipologías es 100 por ciento.

Fuente: autores con datos de Lapop 2006.

 

 

5. VARIABLE DEPENDIENTE: APOYO A LA DEMOCRACIA

El apoyo a la democracia es un elemento básico de legitimidad del régimen, dado que podría conllevar su consolidación o desafección (Torcal 2006, 2008; Linz, 1978; Linz y Stepan, 1996; Kennedy, 2003). Incluso podría determinar la preferencia por otras alternativas. El apoyo a la democracia depende de valores de las personas y del desempeño del régimen. Algunas personas tienen internalizado los principios de la democracia, por lo que tenderían a respaldarla incondicionalmente, pero hay otras que condicionarían su apoyo a la democracia a ámbitos materiales o de bienestar social. Tanto los valores como la evaluación del desempeño de la democracia son necesarios para analizar los niveles de apoyo a este régimen. Son distintas formas de estudiar esta variable dependiente, por cierto, pero necesarias para lograr un análisis acabado.

Algunos investigadores ya han analizado el respaldo a la democracia, considerando la distinción entre valores y desempeño (Segovia, 2006; Altman y Luna, 2007). Desde el compromiso con valores democráticos, se contraponen los ideales de este régimen respecto de otros, tales como una democracia delegativa, autoritarismo o totalitarismo. Las personas podrían defender que el régimen democrático sea el menos malo. Tal como lo señala la democracia churchilliana, algunas personas reconocen que la democracia tiene problemas, pero aun así, defienden sus valores. Consideran que sus procedimientos garantizan estabilidad dado que las instituciones y sus reglas impiden la toma de decisión por mecanismos arbitrarios.

Utilizando variables que reflejan el compromiso con valores hacia la democracia, algunos identifican personas que prefieren la democracia a todo evento por sobre aquellas que modificarían su apoyo en momentos complejos, y a los que no creen en los valores impartidos por el régimen. Considerando estos argumentos, Linz (1978) denominó a los leales con el régimen como demócratas, mientras que a los que preferirían a otro régimen por una situación socioeconómica compleja y a los que fácilmente optarían por otras alternativas, los denominó ambivalentes y no demócratas, respectivamente. Por su parte, Maldonado y Recabarren (2010) y Schedler y Sarsfield (2009) han utilizado la misma variable independiente e identifican otras categorías de apoyo al régimen.

El compromiso hacia los valores de la democracia es una dimensión, entre otras, para medir el respaldo hacia este régimen. Si ocupamos la pregunta: ¿cree usted que la democracia es el régimen político ideal?, probablemente las personas la respaldarán, dado que tenderían a recordar ideales democráticos, tales como libertad, representación y participación. No obstante, estaríamos ignorando diferentes escenarios que podrían influir en la respuesta de esa persona. Si bien la relación de los valores democráticos es un nivel relevante para medir el respaldo hacia este tipo de régimen, es insuficiente. En contextos desfavorables, las personas pueden dejar a un lado el respaldo hacia los valores democráticos y optar por alternativas (Almond y Verba, 1963). Inglehart (1998) identificó una relación estadísticamente significativa entre la legitimidad del régimen y el desempeño económico y valores posmaterialistas (relación interpersonal y tolerancia, entre otros). Por consiguiente, es necesario medir el apoyo a la democracia de acuerdo con los valores respecto de esta, pero también es necesario considerar los diferentes niveles de su desempeño.

El apoyo a la democracia por desempeño puede estar definido por diferentes contextos políticos, económicos y sociales. En consecuencia, además de la dimensión de Compromiso con valores democráticos, identificamos otras dimensiones de desempeño a partir de la medición que desarrolló Easton (1965) para medir el apoyo a la democracia de acuerdo con la evaluación sobre el funcionamiento del gobierno, de las instituciones, del régimen y de la comunidad política. A raíz de esa distinción, identificamos tres dimensiones adicionales: Evaluación del desempeño del régimen democrático, Apoyo a las instituciones del régimen, y Respaldo y/o confianza en las autoridades políticas.

 En la dimensión Evaluación del desempeño del régimen democrático, la literatura ha utilizado preguntas de contexto que podrían determinar el apoyo a la democracia. La situación política y económica tiene una relación estadísticamente significativa con el apoyo a la democracia (Przeworski et al, 2000; Aravena, 2011). Por ejemplo, el PNUD/OEA (2011) indican que los países con menores índices de desigualdad valoran en mayor medida este régimen. Los encuestados pueden atribuir fácilmente a la democracia la responsabilidad por las condiciones por las que atraviesa el país. El repudio a la democracia podría aumentar con cifras desfavorables en desempleo, inflación, percepción sobre la constitución y representación en las políticas públicas implementadas recientemente, entre otros.

Otra de las dimensiones para medir el apoyo a la democracia es el Apoyo a las instituciones del régimen. Aquí la satisfacción con la democracia se explica por la evaluación de los organismos más vinculantes en la toma de decisiones. La capacidad para concretar las políticas públicas emanadas de las promesas de campañas y la forma de canalizar las demandas sociales explican el apoyo al régimen. Desde esa misma perspectiva, Newton (1999) destaca la relación entre confianza y efectividad de las instituciones políticas para explicar la estabilidad del régimen democrático. En esta dimensión, el desempeño del régimen importa menos que el funcionamiento de sus instituciones.

Finalmente, el apoyo a la democracia puede reflejarse en el Respaldo y/o confianza en las autoridades políticas. Algunos autores señalan que el sustento por la democracia está determinado por la capacidad de respuesta de sus instituciones y la confianza hacia ellas, pero agregan que el respaldo hacia los actores políticos también es importante. Norris (1999) y Klingemann (1999) sostienen que los vínculos entre la comunidad y la clase política, el apoyo hacia los actores políticos relevantes y la actitud hacia las instituciones políticas influyen en el apoyo al régimen democrático. Ellos destacan principalmente la identificación con los valores democráticos, el desempeño del régimen, la evaluación frente al desempeño de las instituciones democráticas y el respaldo a la clase política. Por otra parte, Aarts y Thomassen (2008) sostienen que la representatividad del régimen y el sistema electoral también determinan la aprobación, concluyendo que los países con voto personalizado y con circunscripciones uninominales pequeñas tienen mayor satisfacción con la democracia. En tanto, Seligson y sus coautores han sostenido que el apoyo a la democracia puede ser medido por los niveles de confianza y tolerancia de la ciudadanía hacia las instituciones y actores que participan en la toma de decisiones (Seligson, 1978, 2004; Seligson y Booth, 1993; Seligson y Córdova, 2001). Incluso, junto con Booth (2009), Seligson creó un indicador para explicar la legitimidad del régimen mediante la evaluación de las instituciones democráticas, la comunidad política, los actores políticos y los gobiernos locales.

Las dimensiones de apoyo a la democracia comparten ciertos principios con las tipologías de democracia. La diferencia se encuentra en la temporalidad. Las personas primero definen y luego evalúan el régimen democrático. La propia definición individual podría determinar el apoyo que la persona da al régimen democrático. En países donde la población tiene bajas expectativas respecto de los resultados que debiera producir una democracia, la democracia puede terminar siendo igualmente bien evaluada que en países donde la democracia es más robusta, pero las expectativas de la gente son también más altas. De igual forma, si las expectativas son muy bajas, incluso democracias con mal desempeño pudieran ser bien evaluadas. De hecho, si pensamos que los ciudadanos evalúan la democracia como los profesores evalúan el desempeño de sus alumnos, hay profesores más exigentes que otros y hay alumnos que, teniendo el mismo desempeño, bien pudieran terminar con notas distintas dependiendo del profesor que haga la evaluación.

Por eso nuestro objetivo es entender cómo la definición de democracia que utilizan –la tipología de la democracia– afecta la evaluación y el apoyo que la gente hace del régimen democrático en el que viven. De ahí que buscamos indagar qué está evaluando la gente cuando se les pregunta sobre su apoyo a la democracia o su aprobación al régimen democrático. Para ello, utilizamos la encuesta Lapop de 2006 que, como encuestas de años posteriores, preguntó sobre el apoyo a la democracia, pero que también incluyó preguntas que indagaban sobre qué entiende la gente por democracia. Si bien se realizó hace más de una década, la encuesta Lapop 2006 es el único sondeo intrarregional que incluye esa pregunta abierta sobre qué entiende la gente por democracia. La cantidad de años que ha transcurrido desde que se realizó la encuesta no constituye un inconveniente, en tanto sabemos que los valores están formados a partir de esquemas cognitivos estables a través del tiempo (Huddy, Sears y Levy, 2013; Zaller, 1992; Feldman, 1988).

Considerando las dimensiones definidas anteriormente, clasificamos todas las preguntas relevantes de esa encuesta de acuerdo con estas cuatro dimensiones. Aunque la teoría permite identificar dimensiones adicionales, las preguntas de Lapop no abarcan todas las dimensiones posibles. Por ejemplo, la teoría señala que el apoyo a la democracia se ve afectado por la varianza en la cercanía de una elección y características del sistema electoral (Kuechler, 1991; Holmberg, 1999; Nadeau et al., 2000; Farrell y McAllister, 2006). Este tipo de dimensiones no son posibles de obtener en esta investigación dada las limitantes del diseño de la encuesta Lapop 2006, por lo que nos restringimos a las 4 dimensiones ya señaladas.

 

6. HIPÓTESIS

Para analizar cómo las 4 tipologías –minimalista, procedimental, resultadista y maximalista– afectan el apoyo a la democracia en las distintas dimensiones, postulamos 3 hipótesis. Como las tipologías minimalistas y procedimentales tienen menos condiciones sine qua non para definir a la democracia, las personas en estas tipologías debiesen ser menos exigentes en sus evaluaciones y apoyo al régimen. En cambio, los que prefieren tipologías resultadistas y maximalistas –que asocian a la democracia con más atributos, con percepciones más ambiciosas– debieran ser más exigentes en su evaluación de las democracias de sus países y, por lo tanto, mostrar menos predisposición a evaluarlas positivamente. Las personas que esperan más de la democracia serán más exigentes con sus evaluaciones, lo que induce que la evaluación de los regímenes democráticos esté al menos parcialmente determinada por la definición que tiene la gente de la democracia. Como un profesor que evalúa de forma más exigente a aquellos alumnos de quienes espera más, la evaluación que las personas hacen de sus democracias depende en parte de las definición que tienen de democracia. En síntesis, nuestras hipótesis son:

H1: Las personas que definen la democracia con una tipología minimalista apoyarían más la democracia en las 4 dimensiones que el resto.

H2: Las personas que definen la democracia con una tipología procedimental apoyarían más la democracia que los que la definen con tipologías resultadistas y maximalistas.

 H3: Las personas que definen la democracia con una tipología maximalista serían los que menos apoyan la democracia.

 

7. METODOLOGÍA: CODIFICANDO LAS DISTINTAS DIMENSIONES DE APOYO A LA DEMOCRACIA

Clasificamos todas las preguntas realizadas por la encuesta Lapop 2006 que abordan de alguna u otra forma el respaldo, apoyo o evaluación que hacen las personas de los regímenes democráticos en los que viven. Después de seleccionar todas las preguntas que pudieran tener relación con algún tipo de respaldo a la democracia, procedimos a agruparlas en las cuatro dimensiones de apoyo a la democracia –Compromiso con valores democráticos, Evaluación del desempeño del régimen democrático, Apoyo a las instituciones del régimen, y Respaldo y/o confianza en las autoridades políticas–. Excluimos aquellas preguntas que tuvieron una tasa de respuesta inferior al 70% a nivel regional y aquellas en que más de un 70 por ciento escogió la misma respuesta –por la varianza limitada que presenta la concentración de respuestas en una sola opción–. También excluimos algunas preguntas que abordan el apoyo a la democracia de una forma que no puede ser asociada con alguna de las cuatro dimensiones. Adicionalmente, excluimos las preguntas cuyas respuestas incumplen con los estadísticos de posestimación en los modelos de regresión (linktest y godness of fit).

La Tabla 3 muestra todas las preguntas en Lapop 2006 que incluimos en el análisis para las 4 dimensiones de apoyo a la democracia. Incluimos el código de las preguntas del cuestionario Lapop. Adicionalmente, mostramos el porcentaje de personas que respondieron válidamente cada pegunta. En los modelos usamos las preguntas destacadas en tanto cumplen con los estadísticos de posestimación en los modelos de regresión (linktest y godness of fit). Aquellas preguntas con asterisco (*) son excluidas por incumplir con los estadísticos de posestimación en los modelos de regresión (linktest y godness of fit). Para efectos de espacio, después de la Tabla 3 describimos la variable con su código y no con el fraseo completo.

Tabla 3. Variable dependiente: dimensiones en que se mide el apoyo a la democracia en encuesta LAPOP 2006

*Preguntas que incumplen con los estadísticos de posestimación en los modelos de regresión (linktest y godness of fit) y, por ende, no fueron incluidas.

Fuente: Encuesta Lapop 2006. Excluimos de la tabla las preguntas que evaluaban el apoyo a la democracia pero que tuvieron tasas de respuesta de menos del 70% y aquellas en las que un 70% de los encuestados contestó de igual forma.

La Tabla 4 muestra las medias en el nivel de apoyo a la democracia en todas las preguntas que utilizamos en este estudio. Recodificamos las preguntas para ordenarlas de tal forma que siempre tengan valores ascendentes en el apoyo a la democracia. Como muestra la Tabla 4, los niveles de apoyo a la democracia varían entre tipologías, pero también entre distintas respuestas de las mismas dimensiones. Pero, en general, se observa que los minimalistas y procedimentales tienden a mostrar mayores niveles de apoyo a la democracia en todas las dimensiones, mientras que los maximalistas presentan niveles menores de apoyo a la democracia en todas las dimensiones. Esto no debiera sorprender, en tanto los maximalistas normalmente definen a la democracia de una forma más ambiciosa que los procedimentales o minimalistas.

Tabla 4. Apoyo a la democracia en distintas dimensiones según tipologías de democracia

Para el fraseo de cada código, ver Tabla 3.

1 Todas las variables fueron recodificadas para que comiencen desde el 0.

2 Preguntas recodificadas para que reflejen grado de acuerdo de menor a mayor apoyo por la democracia.

3 Se excluyeron las categorías neutras.

Fuente: elaboración propia con datos de la encuesta Lapop 2006.

 

8. ANÁLISIS INFERENCIAL

Presentamos una serie de modelos estadísticos de MCO y probit para evaluar cómo las tipologías de democracia prevalentes en América Latina influyen sobre el apoyo a la democracia. Estimamos los modelos MCO para las variables dependientes cardinales (0 a 6 o bien 0 a 9) de la Tabla 4, mientras que para las variables dicotómicas (0-1) utilizamos los modelos probit.

La variable independiente de interés es la tipología de democracia –minimalista, procedimental, resultadista y maximalista–. Usamos un indicador dummy para identificar cada tipología. Como hay personas que no se clasifican en ninguna tipología, podemos incluir las cuatro dummies en todos los modelos. Adicionalmente incluimos variables de control que a menudo se utilizan para dar cuenta del apoyo de la democracia. Estas variables incluyen ingreso, educación, edad, sexo y orientación política. Nuestra variable dependiente es el apoyo a la democracia en cada una de las 4 dimensiones. En cada dimensión, usamos las preguntas respectivas como indicadores de la variable dependiente. Después de discutir los efectos sobre la variable dependiente en cada una de las dimensiones, abordamos qué tan consistentes son los resultados con nuestras hipótesis.

La Tabla 5 muestra un modelo probit y 5 modelos MCO sobre el apoyo a la democracia en la dimensión de Compromiso con valores democráticos. Aquellos con una concepción minimalista de la democracia difieren de los procedimentales en solo dos modelos. En uno (D2, ¿aprueba que personas que hablan mal de la forma de gobierno lleven a cabo manifestaciones pacíficas para expresar sus puntos de vista?), se muestran menos proclives a apoyar las manifestaciones que los procedimentales. En el otro (D3, ¿aprueba que las personas que hablan mal de la forma de gobierno puedan postularse para cargos públicos?) se muestran más proclives a hacerlo. Los resultadistas y maximalistas no presentan diferencias en el apoyo a la democracia en esta dimensión cuando se les compara con los procedimentales.

Tabla 5. Modelos de regresión Probit y MCO para preguntas que evalúan la dimensión compromiso con valores democráticos, Lapop, 2006

* Significativo al 0.05,

** Significativo al 0.01

Excluimos los errores estándar porque aparecen en las figuras más abajo.

Fuente: autores con datos de encuesta Lapop 2006.

 

Para complementar visualmente los resultados, la Figura 1 muestra los coeficientes del efecto de las tipologías de democracia sobre las variables de compromiso con valores democráticos, con sus respectivos márgenes de error. La categoría de referencia es el apoyo a la democracia en las variables de compromiso con valores democráticos entre aquellos que tienen una definición procedimental de la democracia. La Figura 1 muestra que aquellos con concepciones resultadistas y maximalistas de la democracia tienden a apoyar menos la democracia, al menos una de las preguntas en cada caso, frente a aquellos con una concepción procedimental de la democracia. Ambos casos aplican a la pregunta ING4, donde las tipologías ambiciosas aprueban en menor medida cuando se plantea la afirmación: “Puede que la democracia tenga problemas, pero es mejor que cualquier otra forma de gobierno”. A su vez, aquellos con una concepción minimalista de la democracia la apoyan más, al menos en una pregunta, que aquellos con concepciones procedimentales de la democracia. Esta corresponde a la pregunta B6, donde la tipología más acotada aprueba en mayor medida cuando se pregunta: “¿Hasta qué punto piensa usted que se debe apoyar el sistema político de su país?”.

Figura 1. Gráficos de coeficientes del efecto de las tipologías de democracia sobre las variables de compromiso con valores democráticos, Lapop, 2006

La categoría de referencia es procedimental.

Fuente: autores con datos de encuesta Lapop 2006.

La Tabla 6 muestra modelos para las dos preguntas correspondientes a la dimensión de apoyo a la democracia en tanto desempeño del régimen. Las dos preguntas de esta dimensión evalúan cosas distintas. Aquellos con una tipología minimalista muestran mayor apoyo a la democracia que los que tienen una concepción procedimental en la pregunta que indaga sobre la situación económica del país, pero no respecto de aquella pregunta que indaga sobre la situación económica personal. Aquellos con concepciones resultadista y maximalista de la democracia no muestran diferencias estadísticamente significativas respecto de los procedimentales en ninguna de las dos preguntas.

Tabla 6. Modelos de regresión probit para preguntas que evalúan el desempeño del régimen democrático

* Significativo al 0.05.

** Significativo al 0.01.

Excluimos los errores estándar porque aparecen en las figuras más abajo.

Fuente: autores con datos de encuesta Lapop 2006.

La Figura 2 muestra los coeficientes del efecto de las tipologías de democracia sobre las variables de desempeño del régimen democrático, con sus respectivos márgenes de error. Visualmente, se puede observar que los minimalistas y los resultadistas apoyan más la democracia en esta dimensión de desempeño del régimen democrático que los procedimentales. En tanto los maximalistas aprueban. Sin embargo, en los tres casos no existe una diferencia significativa. Solo existe una excepción en que la tipología minimalista se diferencia con la procedimental y aprueba en mayor medida el régimen. Esta se trata de la pregunta SOCT1 en que se pregunta sobre la situación económica del país.

Figura 2. Gráficos de coeficientes del efecto de las tipologías de democracia sobre las variables de desempeño del régimen democrático, Lapop 2006

La categoría de referencia es procedimental.

Fuente: autores con datos de encuesta Lapop 2006.

La Tabla 7 muestra las preguntas que evalúan el apoyo a las instituciones del régimen. Aquí aparecen diferencias significativas entre los minimalistas y los procedimentales. Aquellos con una concepción minimalista de la democracia consistentemente apoyan más la democracia en cada una de las preguntas (B1: “¿Hasta qué punto cree que los tribunales de justicia garantizan un juicio justo?”; B2: “¿Hasta qué punto tiene respeto por las instituciones políticas del país?”; B4: “¿Se siente orgulloso de vivir bajo el sistema político de su país?; y EXC7: “¿La corrupción de los funcionarios públicos está generalizada?”, respectivamente). A su vez, los resultadistas apoyan más la democracia que los procedimentales en dos de las cuatro preguntas de esta dimensión –apoyo a las instituciones del régimen–. Los maximalistas tienen menos probabilidad de responder positivamente que los procedimentales ante la pregunta de si la corrupción de los funcionarios públicos está generalizada.

Tabla 7. Modelos de regresión MCO y probit para preguntas que evalúan la dimensión apoyo a instituciones del régimen, Lapop 2006

* Significativo al 0.05.

** Significativo al 0.01.

Excluimos los errores estándar porque aparecen en las figuras más abajo.

Fuente: autores con datos de encuesta Lapop 2006.

 La Figura 3 muestra los coeficientes del efecto de las tipologías de democracia sobre las variables de apoyo a las instituciones del régimen, con sus respectivos márgenes de error. Visualmente, se aprecia que los minimalistas perciben menor corrupción que los que tienen una concepcion procedimental de la democracia y mayor probabilidad de creer que los tribunales de justicia garantizan un juicio justo, de tener respeto por las instituciones políticas del país y de sentirse orgulloso de vivir bajo el sistema político de su país. A su vez, los resultadistas tienen mayor probabilidad que los procedimentales de creer que los tribunales de justicia garantizan un juicio justo y de tener respeto por las instituciones políticas del país. Los maximalistas, por último, tienen menos probabilidades que los procedimentales de sentirse orgullosos de vivir bajo el sistema político de sus países.

Figura 3. Gráfico de coeficientes para preguntas que evalúan el apoyo a instituciones del régimen, Lapop 2006

La categoría de referencia es procedimental.

Fuente: autores con datos de encuesta Lapop 2006.

La Tabla 8 presenta cinco modelos –4 MCO y uno probit– que evalúan la dimensión de respaldo y confianza de autoridades políticas (B13: ¿Hasta qué punto tiene confianza usted en el Congreso Nacional?; B14: ¿Hasta qué punto tiene confianza usted en el Gobierno Nacional?; B21: ¿Hasta qué punto tiene confianza usted en los partidos políticos?; N11: ¿El gobierno actual mejora la seguridad ciudadana?; y M1: ¿El trabajo que está realizando el presidente es (muy) bueno/regular/malo?).

En cuatro de los modelos, las personas que definen democracia con alguna tipología minimalista presentan mayor apoyo a la democracia que los que la definen procedimentalmente en la dimensión de respaldo y/o confianza en autoridades políticas. En 3 de los 5 modelos, los que definen la democracia con una tipología resultadista presentan mayor apoyo a la democracia que los procedimentales. Por su parte, no hay diferencias en la dimensión de respaldo y/o confianza en autoridades políticas entre los que utilizan tipologías procedimentales o maximalistas para definir la democracia.

Tabla 8. Modelos de regresión MCO y probit para preguntas que evalúan el respaldo y/o confianza en autoridades políticas

* Significativo al 0.05.

** Significativo al 0.01.

Excluimos los errores estándar porque aparecen en las figuras más abajo.

Fuente: autores con datos de encuesta Lapop 2006.

La Figura 4 muestra los coeficientes del efecto de las tipologías de democracia sobre las variables de apoyo a las instituciones del régimen, con sus respectivos márgenes de error. En los cuatro modelos MCO, los que definen democracia con una tipología minimalista presentan mayores probabilidades de apoyar la democracia –en sus respuestas a las preguntas respectivas– que los que la definen con conceptos asociados a la tipología procedimental. En 3 de los 4 modelos MCO de la dimensión respaldo y/o confianza en autoridades políticas, los resultadistas apoyan más la democracia que los procedimentales, mientras que no hay diferencias en el apoyo a la democracia entre aquellos que la definen con una tipología maximalista y los que la definen a partir de atributos procedimentales.

Figura 4. Gráfico de coeficientes para preguntas que evalúan el respaldo y/o confianza en autoridades políticas

La categoría de referencia es procedimental.

Fuente: autores con datos de encuesta Lapop 2006.

La evidencia de modelos presentados en las tablas 5-8 nos permite confirmar la primera hipótesis, rechazar la segunda hipótesis y aceptar parcial y cuatelosamente la tercera hipótesis.  Los modelos muestran sistemáticamente que las personas que definen la democracia con una tipología minimalista apoyan más la democracia en las 4 dimensiones que el resto, lo que es consistente con lo postulado en la primera hipótesis. La intuición detrás de estos resultados es poderosa y tiene importantes implicaciones para los estudios sobre el apoyo a la democracia. Mientras menos esperan las personas de la democracia; esto es, mientras menos atributos y adjetivos le asignan a su definición de democracia, más probable es que apoyen la democracia en las cuatro dimensiones que aquí estudiamos: compromiso con valores democráticos, desempeño del régimen, apoyo a las instituciones del régimen, y respaldo y/o confianza en las autoridades políticas. En breve, la gente que define democracia solamente como sistema con elecciones competitivas tiene más probabilidades de apoyar la democracia en cualquiera de las dimensiones que se utilice para medir ese apoyo.

Los resultados de los modelos también nos permiten rechazar la segunda hipótesis. Las personas que definen la democracia con una tipología procedimental no parecen apoyar más la democracia que los que la definen con tipologías resultadistas y maximalistas. Si bien en una dimensión, la de compromiso con valores democráticos, los procedimentales parecen apoyar la democracia más que los que la definen con tipologías resultadistas y maximalistas, en otras dos dimensiones –apoyo a las instituciones del régimen, y respaldo y/o confianza en las autoridades políticas– los resultadistas presentan niveles superiores de apoyo a la democracia que los que la definen con una tipología procedimental.

Los resultados de los modelos de las tablas 5-8 también nos inducen a aceptar cautelosamente la tercera hipótesis. Las personas que definen la democracia con una tipología maximalista en general son los que menos apoyan la democracia. En dos de las cuatro dimensiones, los maximalistas apoyan la democracia menos que los procedimentales. En ninguna dimensión los maximalistas apoyan más la democracia que la categoría de referencia en el análisis, los procedimentales. Sistemáticamente, las personas que definen la democracia con una tipología maximalista tienden a apoyar menos la democracia que aquellos que la definen con tipologías minimalistas, procedimentales o resultadistas.

Metodológicamente, los resultados de los modelos 5-8 también nos llevan a advertir que el nivel de apoyo a la democracia varía sustancialmente dependiendo de la forma en que se haga la pregunta. El apoyo a la democracia no solo varía dependiendo de la dimensión de democracia que se esté analizando, sino que también a partir de la pregunta que se haga al interior de cada dimensión. Luego, advertimos que las conclusiones a las que se llega sobre el apoyo a la democracia, en cualquiera de las dimensiones, difieren de forma importante dependiendo de cuál pregunta se utilice.

 

9. CONCLUSIONES

A partir de la encuesta Lapop 2006 en 16 países de América Latina, que indagó tanto sobre el apoyo a la democracia como sobre lo que entiende la gente cuando define democracia, hemos analizado la forma en que la gente entiende lo que significa la democracia –la tipología que usan para definir democracia– y cómo ello afecta la evaluación que hacen del régimen democrático en 4 dimensiones distintas: Compromiso con valores democráticos, Evaluación del desempeño del régimen democrático, Apoyo a las instituciones del régimen y Respaldo y/o confianza en las autoridades políticas. Después de describir las cuatro tipologías de democracia –minimalista, procedimental, resultadista y maximalista–, estimamos modelos estadísticos para evaluar el efecto de la tipología de democracia que usan las personas sobre su apoyo a la democracia en cada una de las 4 dimensiones.

Mostramos que aquellos que definen a la democracia de forma minimalista en general muestran mayor apoyo y una mejor evaluación del régimen democrático en las cuatro dimensiones. A su vez, las personas que usan tipologías maximalistas, sistemáticamente muestran menor apoyo a la democracia que el resto de los encuestados. No hay grandes diferencias entre las personas que definen la democracia con una tipología procedimental o resultadista, aunque en las dimensiones de apoyo a las instituciones del régimen y respaldo y/o confianza en las autoridades políticas, los resultadistas apoyan más la democracia que los procedimentales.

El análisis generado a partir de los datos de la Encuesta Lapop de 2006 en América Latina también nos permite realizar una contribución teórica y otra metodológica. En el debate teórico, sugerimos que la tipología de democracia que usan las personas las predispone a la evaluación que hacen sobre el régimen democrático de sus países. Mientras más exigente sea la tipología de democracia, menor será la evaluación del régimen. Si tienen expectativas muy altas, es menos probable que las personas evalúen positivamente las democracias de sus países. A su vez, las personas que esperan menos de la democracia –los que la definen con una tipología minimalista– tienen más probabilidad de apoyarla en cualquiera de las cuatro dimensiones. En tanto, en términos metodológicos, es esencial resaltar que la forma en que cada pregunta es redactada induce a respuestas que, pudiendo reflejar tanto las visiones de la gente como el sesgo de las preguntas, distorsionen parcialmente las estimaciones de los modelos.

Con todo, la tipología que las personas utilizan para entender lo que significa la democracia afecta incuestionablemente la evaluación que hacen los ciudadanos de América Latina de sus regímenes democráticos. Aquellos que menos esperan de la democracia –que la definen desde una tipología minimalista– son los que más probabilidades tienen de apoyarla y de evaluar de mejor forma su funcionamiento. Precisamente porque este resultado parece lógico y razonable, advertirmos que mientras más espera la gente de sus democracias, más difícil será que la apoyen y la valoren en las distintas dimensiones que se utilizan para medir el apoyo a la democracia en las sociedades modernas.

 

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